Descubre la rica historia de la guitarra flamenca, sus guitarristas más influyentes y cómo este apasionante arte ha evolucionado hasta la actualidad, llegando a públicos de todo el mundo.

La Granaína es un fandango de Granada, al igual que por ejemplo las Malagueñas lo son de Málaga.

Es decir, las granaínas las agrupamos en los cantes de Levante y tiene una estructura de fandango natural, conforma libre. ¿Recuerdas cuando trabajamos los Fandangos de Huelva?

Ya hemos visto el ritmo de tangos en la guitarra flamenca. Pues bien, los tientos tienen prácticamnte el mismo ritmo pero con algunas pequeñas diferencias. Y la más evidente es la velocidad, siendo en los tangos mucho más rápido.

El compás es de 4/4 y la tonalidad más habitual es el toque “por medio”.

Los fandangos no son un único palo flamenco, sino más bien una agrupación de palos que tienen características comunes y se diferencian por algunos elementos y por su procedencia.

De esta forma agrupamos dentro de los fandangos palos como los cantes de levante (tarantos, taranta, minera…), las malagueñas, la jabera, a rondeña, los fandangos de Huelva, etc.

Todos ellos comparten el compás ternario como el de la Soleá, pero con acentuación distinta.

En la lección de hoy te voy a explicar el compás de uno de los palos más característicos del grupo de cantes o cantillas de Cádiz: las Alegrías. Y como te puedes imaginar su origen está en esta ciudad y en sus alrededores: San Fernando, Puerto de Santa María, Chipiona, etc.

Al igual que la soleá que vimos en otra clase, las alegrías utilizan el compás de 12 tiempos, pero arm´ónicamnte emplean el modo mayor, no el modo frigio flamenco.

El compás de la soleá es ternario y se suele escribir en compás de 3/4.

Sin embargo, en el flamenco se cuenta utilizando el compás de 12 tiempos tan característico de este género.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2

Los números en negrita indican las partes acentuadas. Y el 1 y 2 del dinal en realidad es el 11 y 12, pero se dice tradicionalmente así porque es mucho más fácil de contar.

Los antecedentes en la escritura musical de guitarra flamenca los encontramos en todos aquellos compositores del siglo XIX que, atraídos por la moda existente de “lo andaluz” y por el afán nacionalista propio de este siglo, escriben obras influenciadas por la guitarra popular, utilizando técnicas como el rasgueado. Estos autores pertenecen a la llamada “generación perdida” de la historia de la guitarra (que hacen de nexo de unión entre la generación de Sor y Aguado y la de Tárrega): Julián Arcas, Tomás Damas, Juan Para, Luis Soria, Bernando Troncoso, Antonio Cano, Jaime Bosch, etc.

Según Norberto Torres (2009), la guitarra flamenca surge como unión entre la tradición de la guitarra popular rasgueada y el repertorio popularizante de “aires andaluces” de los concertistas de la segunda mitad del siglo XIX.