1.  Elige música que te guste

Si el músico no se entusiasma o logra despertar afinidad con una obra, difícilmente va a poder sentir algo con ella y, mucho menos, transmitir esa emoción al oyente. ¿Acaso no es ese el objetivo de cualquier artista?

Siempre he creído conveniente que sea el propio alumno quien seleccione las piezas de entre una lista de recomendaciones propuesta por el profesor atendiendo a su nivel.

El término motivación procede del latín motio y significa movimiento. Es el impulso que cada uno de nosotros siente para alcanzar aquello que deseamos.

A lo largo de tu carrera como músico habrás experimentado momentos en los que tu motivación para el estudio ha sido muy alta (preparando una prueba de acceso a un conservatorio o para una orquesta, por ejemplo) o más bien baja (durante las vacaciones o después de una mala audición, por ejemplo). Y como habrás comprobado, el nivel de motivación influye en el resultado obtenido: a mayor motivación, mejor es el estudio.

1. Visualiza tu sueño. Imagina cuál es tu objetivo deseado en el mundo de la música, sin importar lo lejos que estés aún de él o que te parezca imposible realizarlo. Visualízate en esa situación con todo lujo de detalles y comenzarás a atraer la energía necesaria para lograrlo. Recuerda que los pensamientos crean nuestra realidad. Una vez tengas una ilusión, ahora debes moldearla hasta convertirla en un propósito claro y ver la mejor forma de llevarlo a cabo.

2. Se constante y disciplinado.